Aprender a aprender en un contexto de guerra. Apuntes del 1er encuentro de Eco-versidades

Edgardo García, Oaxaca, MX

Nota: Una versión en inglés de este artículo originalmente aparece en: http://artseverywhere.ca/2017/02/10/learning-to-learn-in-a-context-of-war/

Note: An English version of this article originally appeared on http://artseverywhere.ca/2017/02/10/learning-to-learn-in-a-context-of-war/

En Tamera, Portugal, del 20 al 27 de agosto de 2015 nos reunimos alrededor de 30 compañeros y compañeras de todas partes del mundo para compartir experiencias sobre nuestro trabajo en el ámbito de la “educación” superior y el aprendizaje autónomo. Lo que vivimos en el salón de reuniones de Tamera fue una expresión muy clara de lo que está pasando en el mundo en este momento histórico: un colapso, en el que viejos conceptos se derrumban y nuevas prácticas nacen, donde las palabras que tenemos no nos sirven ya para nombrar el mundo nuevo, donde vemos al sur global advirtiéndole al norte global sobre la tormenta que se avecina; la crítica radical a la escuela, a la educación convencional y a las instituciones educativas; el reconocimiento de que existe una guerra, que es mundial, que nos afecta a todxs en todas partes de muy distintas maneras, a veces con la muerte directa, en otras bajo la máscara de la democracia o el desarrollo; la convicción radical y profunda que tenemos que hacer algo y la creatividad de miles de personas en todo el mundo que crean algo distinto (en el ámbito educativo pero no sólo) y que de esta manera hacen nacer mundos nuevos haciendo frente al monstruo capitalista que nos quiere aplastar.

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La Hidra Capitalista. Pintura de Mauricio Gómez Morín

Lo que se vivió en ese encuentro no puede ser expresado en palabras, pero aún así es importante intentar dibujar un panorama de lo compartido, porque el momento que vivimos a nivel mundial lo amerita, porque es urgente tejernos entre todxs los que luchamos, resistimos y creamos, porque tenemos la esperanza de que el conocimiento y las vivencias generadas puedan ser útiles para muchas personas, grupos, colectivos y comunidades alrededor del mundo. Por eso escribimos estas palabras, del encuentro de Eco-versidades para el mundo, con cariño:

Nuevas palabras para nuevos mundos

Dicen nuestros abuelos y abuelas que para hacer nacer el mundo, hay que nombrarlo. Lo que estamos viviendo actualmente es que las palabras que tenemos no nos sirven para nombrar lo que está pasando. Las nuevas generaciones vivimos realmente un mundo muy distinto al de nuestros padres, los viejos sueños se derrumban, la información es instantánea, el planeta entero cambia a ritmos inimaginables. Por eso pensamos que para hacer nacer mundos nuevos hay que empezar a nombrarlos, pero no podemos seguir usando las palabras del pasado, porque esas ya no nos sirven, tenemos que crear nuevas, las cuales vendrán de la práctica y la vivencia cotidiana de las alternativas, aquí y ahora. No en un futuro ideal y utópico sino en el mundo que nos tocó vivir hoy.

Hablando de palabras, ¿a qué nos referimos cuando hablamos de educación? ¿en qué estamos pensando? Durante nuestro encuentro era muy curioso que entre personas, colectivos, organizaciones y comunidades involucradas en eso que llamamos “educación” o “educación superior” no había un consenso sobre el significado del término. Y no era una cuestión de definiciones sino que cada uno estaba creando algo nuevo, más allá de la idea clásica de “educación”, del maestro y el alumno, de la mera transferencia de conocimientos, de la burocracia educativa, de la repetición incesante de dogmas, NO, la mayoría estaba pensando en espacios nuevos de aprendizaje, en cómo hablar del dolor con los niñxs, de la generación de conocimientos realmente útiles para la vida,. Y esta vivencia hacía cuestionarnos sobre el uso de la palabra, sobre su carga colonial, sobre su funcionalidad al sistema capitalista.

Entonces, empezamos a preguntarnos ¿será que la palabra ya no nos sirve para decir lo que queremos decir? ¿y si no es educación entonces qué es? Algunas experiencias ahí presentes como Tahgmees de Jordania, Unitierra Oaxaca, Unitierra Califas y muchas más propusimos emplear el termino APRENDER o APRENDIZAJE, recuperando así el verbo, que evoca a la acción. Al hablar de aprendizaje vemos que es sencillo plantear nuestras acciones en ese campo, pues todxs aprendemos en todo momento, bajo diversas circunstancias y en contextos determinados, como el caso de la guerra en la que nos encontramos actualmente.

Una de las palabras más interesantes que aprendimos durante este encuentro fue la de ECOVERSIDADES, en plural, en contraposición a UNIVERSIDAD. Esta palabra rompe con la homogeneización a la que nos han sometido por siglos bajo la idea de la universalización del conocimiento. Las ecoversidades son aquellas redes de amigos, comunidades o colectividades donde el aprendizaje se basa en la experiencia directa de la vida. Eco-versidad evoca a un aprender haciendo desde la diversidad en contacto con la madre tierra. Las ecoversidades resultan una innovación fundamental en estos tiempos donde el sistema dominante intenta controlar las mentes y los corazones de las personas, diciéndoles cómo tienen que aprender, vivir, soñar, pensar y hasta amar. Esta propuesta es un movimiento mundial en el que millones de personas en miles de lugares alrededor del mundo están silenciosamente echando a andar otras formas de aprender tratando de reconectar-nos a la Madre Tierra. Se trata de una insurrección en curso, como la ha nombrado el compañero Gustavo Esteva1.

Sabemos que hace falta reinventar más palabras y desechar aquellas que seguimos arrastrando junto a su carga colonial, por ejemplo: desarrollo, democracia, progreso, éxito. Aprendimos que las palabras son muy importantes y que sólo la práctica nos va a dar la inspiración para encontrarlas. Aprendimos a nombrar los mundos nuevos que a diario creamos y a soñar con otros más que están por nacer.

Compartir desde el corazón, las historias personales como herramientas de aprendizaje

Al encontrarnos personas diversas, de lugares geográficamente tan cercanos o lejanos, uno de nuestros primeros retos fue encontrar la manera de contarle al otro o a la otra lo que estamos haciendo, cómo estamos viendo el mundo y qué pensamos hacer. En el intento experimentamos juntos el fracaso de ciertas metodologías que eran incapaces de conectarnos y de generar un espacio cómodo para el compartir. Aprendimos juntxs que la existencia de una estructura de “fuera” o “desde arriba” imposibilita hablar entre compañeroas, pues inevitablemente genera jerarquías (aunque no nos lo propongamos). Esto nos hizo cuestionarnos ¿que tan a menudo reproducimos la lógica dominante en nuestras prácticas alternativas?

Aprendimos que al parecer, es muy sencillo luchar cuando el enemigo es muy claro y puede ser nombrado e identificado claramente, sobre todo cuando el enemigo es algo o alguien externo a nosotros y a nuestra práctica; pero ¿qué pasa cuando este sistema nos permea y nos invade por todos lados, incluso en nuestras mentes y corazones? ¿cómo luchar contra eso? Dijo Ivan Illich en alguna ocasión “Al diablo con las buenas intenciones”2, no basta con la buena voluntad, es importante pero tenemos que reconocer que hay estructuras y lógicas dominantes que hemos adoptado y que por más que las vistamos de “alternativas” siguen colonizando y reproduciendo el poder, la jerarquía y la explotación. Una de las herramientas que usamos para luchar contra esto durante nuestro encuentro fue el diálogo, la crítica y la autocrítica, reconocer que no somos puros, que esto forma parte de nuestra lucha. Liberar nuestras mentes y corazones es un primer paso para liberar nuestros espacios, nuestras pŕacticas, nuestro hacer.

Esta serie de preguntas nos llevaron a otras: ¿cómo compartir nuestra experiencia -de lucha- con otros y otras desde la diversidad? Y entendimos que en estos tiempos en los que intentamos racionalizarlo todo, es preciso volver a senti-pensar, es decir, a reconectar de nuevo la mente y el corazón y compartir desde la experiencia personal. Entonces, decidimos escuchar las historias personales de los compañeros y compañeras presentes, como una manera de decirnos: “este soy yo” y “mi vida ha sido así”, “por lo tanto, estoy luchando de este modo”. Nos propusimos compartir desde el corazón, contando nuestras historias de vida a los otrxs. Y nos dimos cuenta que ésta es una herramienta de aprendizaje muy poderosa porque cuando hablamos con el corazón entendemos realmente al otro e incluso podemos sentir lo que el otro siente.

Y empezamos…hablando del contexto mexicano. Este desgarrado territorio donde yacen más de 250 mil muertos que en los últimos diez años ha dejado esta guerra inútil. El país entero es una fosa común, despertamos todos los días con la noticia de la muerte de algún compañero(a). En México, la guerra contra las drogas fue el pretexto ideal de los de arriba para implantar la guerra en el norte del país y examinar la reacción de la gente. Lo hicieron muy bien, dejaron territorios limpios para sus negocios, mientras miles de personas fueron desplazadas, abandonando sus hogares hacia zonas “mas seguras”o fueron desaparecidos y asesinados por el delito de estorbar a los intereses del capital financiero, en lo que a los gobiernos les ha dado por llamar “daños colaterales”3.

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Gráfica de revoluciontrespuntocero.mx

Ahora vemos que esta guerra contra la población civil forma parte de una guerra integral, total, del sistema capitalista, la cual se está recrudeciendo en todas partes, principalmente en el sur donde se encuentran las comunidades indígenas y sus territorios ricos en agua, bosques, minerales y vida. Y el objetivo es acabar con esta vida (porque ese es el negocio), para lo cual se está dando en este momento una militarización acelerada, para contener la respuesta de la sociedad, para intimidar a la población civil, y así poder avanzar hacia lo que realmente les importa: los bienes comunes de las comunidades. Y vemos que esta guerra no es sólo en México, sino que está en todas partes, en Grecia, en Brasil, en India, en todo el mundo, y por eso siguiendo a los compañeros zapatistas, la nombramos CUARTA GUERRA MUNDIAL4.

La característica principal de esta guerra es que es tiene múltiples caras, no se trata de la clásica guerra en la que hay dos bandos enfrentados entre sí sino una estrategia diversa de ataque por varios frentes, en el que el educativo es uno de los más importantes: educar para obedecer, educar para domesticar, educar para dejarse explotar; pero no sólo, además tenemos: programas sociales, crisis económica, crisis ambiental, imposición del desarrollo, ataque a las formas tradicionales de vida. En cada territorio hay un disfraz diferente para esta guerra. Y por eso es importante nombrarla, estudiarla, analizarla, para conocerla y por lo tanto, anularla y destruirla. Por eso, retomando la analogía zapatista, lo que vemos en México sí es una tormenta, es decir, “que viene una catástrofe en todos los sentidos”5 y por eso acudimos a encuentros como este para preguntarnos junto con otrxs ¿cómo le vamos a hacer?

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Participantes en el 1er Encuentro de Ecoversidades, Tamera, Portugal 2015

Precisamente esa es la pregunta que hicimos y que nos hacemos todos los días, y en el caminar preguntando, como hemos aprendido de los zapatistas, encontramos a otrxs que también traen esta pregunta y aprendemos de cómo le están hanciendo, de sus logros y errores. Y vemos que entonces, algo muy importante por hacer es PREGUNTAR, CAMINAR y ENCONTRARSE CON OTRXS.

Tomar conciencia de esta guerra, nombrarla y vivirla es doloroso. Durante nuestro Encuentro, gracias a Vanessa, pude ser capaz de dejar salir todo ese dolor que me ha provocado esta guerra. Por un momento, mientras cerraba los ojos y seguía las palabras de Vanessa, me decía a mí mismo “que este tipo de dinámicas no me gustan y no iba a funcionar conmigo”, pero al continuar escuchando a Vanessa se desencadenaron los recuerdos, imágenes de mi infancia, cuando le preguntaba a mis padres porqué el mundo estaba así lleno de sufrimiento, cuando muchas personas murieron sin aparente razón alguna, “sólo murieron”, me acordé de la compañera Bety, asesinada por el mal gobierno hace unos años, vinieron imágenes de los miles de muertos en este país, de los compañeritos de Ayotzinapa y las lágrimas brotaron, no pude parar de llorar, mi corazón se contrajo. Yo vengo de un lugar “donde los hombres no lloran”, y para mí, en toda mi vida, me ha sido muy difícil llorar, pero esta vez pude liberarme. Lloré de rabia, de coraje, de indignación y me sentí liberado porque ese doloR se convirtió en un fuego interno me que lleva a la convicción de que tarde o temprano VAMOS A GANAR ESTA GUERRA.

Durante el encuentro de Eco-versidades fueron muchos los corazones que compartieron, Brasil. Jordania, Eslovenia, Estados Unidos, Argentina, Canadá y muchos otrxs, quienes reconocimos que efectivamente esta guerra es mundial, que nos está destruyendo pos todas partes y que por eso es importante TEJER nuestras experiencias, compartir nuestros aprendizajes, aprender a convertir el dolor en rabia para luego transformarlo en rebeldía y en resistencia.

Cuando compartimos desde el corazón no podemos juzgar, es otro el campo del análisis, es un sentimiento, y entonces se entiende mejor todo, se comprende porqué se es de cierto modo, de dónde vienen nuestros temores, nuestros dolores y aprendemos juntxs a respetarnos y decirnos “no estas solo, no estas sola”.

Aprender a aprender en un contexto de guerra

Teniendo conciencia de la gravedad de la situación actual, la pregunta sobre la educación o el aprendizaje cambia radicalmente su sentido. El aprendizaje se traduce en sobrevivencia, aprender a aprender en un contexto de guerra es fundamentalmente aprender a defender y crear la vida. Entonces, ¿cómo generar este tipo de aprendizaje? Esa es la gran pregunta, de ello depende nuestra sobrevivencia.

Aprender a aprender tiene mucho que ver con las rupturas. En lo personal, me encantan las rupturas, son como terremotos que te sacuden internamente y te destruyen la forma en la que veías el mundo. Durante nuestro encuentro vivimos muchas rupturas. Y me parece que de eso se trata el aprendizaje. De cuestionar las verdades impuestas, de abrirse al otro y a la otra, y en esa desnudez aprender que el mundo no se reduce al pedazo que nos tocó vivir, que hay otras formas de entender la vida, el amor, la espiritualidad. Para aprender hay que romper con todo eso que nos impide entender al otro. El encuentro de Ecoversidades fue una ruptura constante, me confrontó en todo momento, tanto en las formas como en los fondos. Y eso me permitió cambiar mi percepción del mundo. Ya no fui el mismo al vover a casa.

No todo está perdido, tenemos millones de ejemplos en todo el mundo que están intentando responder a esta pregunta. Para nosotros, los ejemplos más cercanos, más claros y más alentadores están en nuestros pueblos y comunidades originarias, porque ellas lo han hecho, no ahora sino desde hace más de 500 años. Nuestras comunidades nos enseñan el significado de las palabras TERRITORIO, DIGNIDAD, RESISTENCIA Y VIDA. Debemos invertir la forma en la que hemos generado conocimiento en los últimos años, volteemos a ver a quienes sin grandes discursos ni elaborados conceptos, están defendiendo el territorio y la vida en los hechos, no sólo para ellos y sus comunidades sino para el planeta entero.

Una luz enorme para nosotros son los pueblos zapatistas, hombres y mujeres rebeldes, indígenas del sureste mexicano que declararon la guerra al mal gobierno y con ello, abrieron una grieta en el muro de la historia que desde 1994 sigue expandiéndose por todo el mundo. No se trata de una moda, ni de una religión sino de una enseñanza que recuperamos. Hoy, en el año 2015, los compañeros zapatistas nos han demostrado que sí es posible enterrar al capitalismo, construyendo autonomía en varias áreas: salud, educación, resistencia económica, soberanía alimentaria y autogobierno.

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Imagen del colectivo Gráfica de Lucha

La escuelita zapatista fue para nosotros un quiebre en cuanto al aprendizaje para la vida. Miles de personas de los 5 continentes en territorio zapatista viviendo con familias zapatistas durante una semana. No en un salón de clases sino aprendiendo en la vida cotidiana cómo se lucha, cómo se resiste. La comunidad entera siendo el espacio de aprendizaje. Un aprender ligado a la defensa de la vida y a la creación de nuevos mundos.

Pero sabemos que no se trata de copiar modelos sino de hacer cada quien lo que le toca en donde le toca, porque tenemos bien claro que nosotrxs no vamos a poder solxs. Si luchamos todos al mismo tiempo, cada uno en su lugar, en todas partes del mundo, lograremos colapsar el sistema desde sus cimientos, venceremos al monstruo capitalista y crearemos al fin, ese mundo donde quepan muchos mundos, como dicen los compas zapatistas. Por eso, tenemos que organizarnos hoy, no mañana sino hoy, aquí y ahora, en donde estemos, campo o ciudad. Toda lucha o resistencia es muy valiosa, pequeñas alternativas, en todas partes del mundo, haciendo frente al monstruo capitalista simultáneamente seremos capaces de colapsarlo.

Esta forma de ver las cosas refuerza el sentido profundo de la solidaridad, no se trata de “apoyar a los pobrecitos indígenas/marginados/subdesarrollados que luchan en el sur global” o de “traer a los negros, indígenas, mujeres a que aprendan de nuestro modelo” sino de ser responsables con lo que pasa en nuestros propios lugares y empezar a luchar y organizarnos donde quiera que nos encontremos. Al pasar de la caridad a la responsabilidad, la solidaridad se traduce en apoyo mutuo, reciprocidad y respeto. Rompemos las jerarquías y nos encontramos horizontalmente. ¿cómo evitar caer en los modelos?

Y bien, llegado es este punto nos preguntamos ¿hasta dónde estamos dispuestos a llegar para defender la vida? Un compañero indígena nos dijo una vez: “para nosotros está muy claro, esta guerra se trata de quienes apuestan por la muerte contra quienes apostamos por la vida ¿a qué estamos dispuestos para defender la vida? Nosotros estamos dispuestos a todo para defender la vida, incluso a dar la vida. Por eso luchamos, para nosotros los pueblos luchar es como respirar, si no luchamos sentimos que nos falta el aire”. En esta visión no vemos un sentido heróico o de mártires sino el sentido real y profundo de entender lo que el territorio y la vida significan. Dicen los pueblos, “donde los de arriba destruyen, los de abajo reconstruimos”. Por eso, es importante repetirlo: Aprender a aprender en el contexto actual del mundo significa apostar por la vida, defenderla, cuidarla y crearla.

La amistad como pegamento para hacer comunidad

Una de las preguntas más recurrentes durante nuestro encuentro fue ¿cómo hacer comunidad donde ya no existe más la comunidad? En el encuentro de Eco-versidades encontramos juntxs la respuesta: a través de la amistad.

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Participantes en el 1er Encuentro de Ecoversidades

Amigos tenemos muchos y por todas partes, pero amigos como los que conocimos en este Encuentro no se hayan a la vuelta de la esquina. En Tamera construimos “otra amistad”, una amistad profunda y radical, llena de esperanza, una amistad además que no encontró límites ni barreras, que superó los idiomas. Una amistad que se expresó como el movimiento armónico de nuestros corazones latiendo sincrónicamente en el cuarto de esa ecoaldea en el medio del desierto de portugal. Hay una palabra para eso, aquí le decimos CONMOCIÓN, que significa “moverse con el corazón”, y ustedes compas, me enseñaron lo que es CONMOVERSE, en todos los sentidos, en el sentido emocional de sentir el dolor y rabia que sentían al contar sus historias personales, en el sentido espitirual de entender las búsquedas de cada uno, en el sentido de sentir el amor a todos los niveles, en el sentido de moverse con el otro, con la otra, con ustedes, con nosotros.

Cuando las comunidades originarias han sido destruidas, ¿qué nos queda? Cuando hemos vivido en un ambiente urbano, despojados, lejos de cualquier forma de comunidad, ¿cómo hacemos para volver a construir comunidad? La respuesta está en esta AMISTAD PROFUNDA, que funciona como pegamento para volver a reconstruir nuestras comunidades. La comunidades indígenas u originarias ahí están, ahí han estado y a pesar de los intentos por desaparecerlas tengan por seguro que aquí estaremos por mucho tiempo más. Pero mientras, no podemos esperar a que nuestras comunidades indígenas sobrevivan a la tormenta, tenemos que MULTIPLICAR LAS COMUNIDADES EN LAS CIUDADES, y no tienen porque ser copias fieles de las comunidades rurales, tenemos que reinventarlas. La amistad profunda permite eso.

Entonces, el reto es, ¿cómo generar este sentimiento de amistad profunda que vivimos en Tamera, con el o la que tenemos al lado? Porque para construir la comunidad es muy importante liberar el territorio. Y nosotros a la distancia, no podemos encontrarnos en un territorio, aunque lo anhelemos constantemente, por eso es importante juntarnos con el que tenemos más próximo, en nuestro barrio, en nuestra cuadra, en nuestro edificio, en nuestro trabajo. No hay tiempo, no podemos seguir esperando, tenemos que hacerlo HOY.

Si, como nos dijo un señor barbón hace siglos (Marx), el capital es una relación social de explotación y si la Amistad Profunda es una relación social de esperanza, entonces, ésta nos permite destruir el capital y crear nuevas relaciones sociales que tienen como premisa la creación de otros mundos.

La amistad profunda dura para siempre, porque no está sujeta a condiciones, se entrega sin límites, se expande al infinito y además se contagia. Esta amistad llena el corazón y lo embriaga de esperanza. Esta amistad es saber que en el ríncon más lejano del mundo hay alguien, un compañero, una compañera, que lucha también por un mejor mañana.

Los extraño amigoas, los quiero mucho compañeros, compañeras.

Aquí seguimos luchando, desde hace más de 500 años, aquí seguiremos ayer, hoy y mañana

26 de octubre de 2015

Desde algún rincón de este hermoso planeta, su amigo y compañero

Edi

3“Daños colaterales” es el nombre que las autoridades mexicanas dan a las personas asesinadas “indirectamente” como resultado de enfrentamientos entre militares y “narcotraficantes”

Chocolate, una manera simple y deliciosa para aprender a desmantelar este sistema

Hace algunas hojas en el calendario nos visitó una amiga, Reef Fakouri, de Jordania, cerca de Palestina, llegó una tarde al taller de chocolate, sin saber mucho español pero con muchas ganas de aprender y compartir. Al volver a su tierra escribió unas palabras sobre su experiencia con la Cooperativa y con el chocolate, así como reflexiones acerca de la lucha de los pueblos y la autonomía. Reproducimos sus palabras como un agradecimiento a su dedicación y esfuerzo en la búsqueda un mundo mejor.

Cooperativa C.A.C.AO.

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Reef, moliendo granos de cacao en el bicimolino

De las primeras cosas que noté al entrar a la Universidad de la Tierra (Unitierra) es que se dedica a la venta de productos artesanales realizados por diferentes cooperativas, algunas de estas cooperativas constituyen algún tipo de resistencia a diversas formas de colonialismo y la marginación que todavía se ejerce sobre la población indígena. De estos productos que se venden, uno de ellos es el chocolate, que no sabía que el cacao es un cultivo nativo de México; además de tener el café, también, pero yo había oído que el cultivo de café en México fue traído por los españoles durante la colonización de África.

Llegué a conocer a «Edi» en Unitierra, una de las personas que colabora en el espacio. Edi junto con Areli y Elvia, crearon la Cooperativa C.A.CA.O. para distribuir los productos de sus comunidades, con un enfoque en el trabajo de talleres para enseñar la manera tradicional de hacer el chocolate.

Me llamó «Edi» para ir a la región en la que viven, San Andrés Huayapam, que está a sólo unos 20 minutos del centro de Oaxaca, para participar en uno de los talleres de chocolate. Era la primera vez que iba por mi cuenta más allá del centro de la ciudad, empecé a buscar un  «taxi colectivo», no fue una tarea difícil.

Yo estaba en el taller, acompañada de 14 participantes, la mayoría de ellos procedentes de los Estados Unidos que habían llegado Oaxaca para aprender a través sus instituciones educativas. Lo primero fue iniciado por Edi, quien nos contó su historia con el chocolate, la forma en que la revolución Zapatista lo inspiró y que no buscan trabajar sólo chocolate, sino una manera de cambiar y la luchar contra el sistema capitalista.

El Cacao ocupa un lugar especial para la población indígena de México, como «maya y zapoteca y mixe» junto al maíz. El maíz se cultiva lugares expuestos al sol y el cacao se cultiva lugares sombreados, donde estos dos cultivos se complementan. El cacao fue utilizado como un medio para el intercambio (moneda) por los mayas y también como una representación de la vida y la muerte (junto con el maíz). Los guerreros tomaban la bebida de cacao debido a sus beneficios para dar la fuerza, además de que proporcionaba una fuente vasta de felicidad. Los mayas diseñaron incluso tazas especiales para beber el cacao, pero cuando llegó la colonia española, tomó el cacao a su país y agregaron grandes cantidades de azúcar en un jarabe para la clase burguesa. Edi también nos habló de las estaciones de cacao, a finales de noviembre y el mes de junio y julio.

La experiencia del chocolate en acción fue muy divertido, limpiamos los granos de cacao y eliminamos los no válidos, y luego a tostarlos y después de tostado, a moler los granos a través del molino que han instalado en una bicicleta y después de la molienda, se han añadido la canela y miel y amaranto (grano mexicano famoso) y luego tenemos que formar un perlas de chocolate de la manera deseada. Durante este proceso no usamos ninguna de las máquinas modernas y fue una de las más bellas formas de interactuar con algunos de los que ahí participábamos. Cuando probé el chocolate era la primera vez que comía chocolate, el sabor no es como el chocolate que comemos normalmente.

Los compañeros de cacao nos pidieron nuestra impresión y lo que habiamos aprendido de la experiencia, yo sentí que el chocolate puede ser el camino más cercano para llegar a las mentes, una manera simple y deliciosa de ayudar a comprender y desmantelar este sistema.

Los compañeros de la cooperativa compartieron sus reflexiones, donde la historia general dice que las comunidades indígenas han desaparecido en todas sus dimensiones y que ellos dicen «aquí estamos ahora, trabajando en el cacao que se cultiva por las familias de nuestras comunidades, a horas de distancia de la ciudad, creando una alternativa económica para aquellos que deseen regresar a vivir con el resto de sus familias»

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Cacao crudo de la Costa de Oaxaca

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Paso 1. Limpiar el cacao

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Paso 2. Tostar el cacao

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Paso. 3 Moler el cacao en el bicimolino

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Polvo de cacao

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Harina de amaranto

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Paso 4. Agregar los demás ingredientes al cacao molido

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Paso 5. Elaboración de trufas de chocolate

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El grupo de chocolateros!

Escrito originalmente en árabe, aquí la fuente original: taghmees

¡Vamos todxs al Festival del Día Nacional del Maíz Nativo!

festivaldelmaizocotlanCACAO invita a todos y todas a celebrar el Festival del Día Nacional del Maíz Nativo este 29 de Septiembre de 2014 en Santiago Apóstol, Ocotlán de Morelos, Oaxaca 

Se hablará de los permisos de siembra de maíz  transgénico, de la reforma a la ley agraria y de sus efectos negativos al territorio y al campesino y escucharemos testimonios de contaminación al maíz  nativo. Y para defender nuestro sagrado maíz también habrá fiesta y exposición y venta de comida tradicional!

Vengan a celebrar con nostro@s

Para una información mas detallada pueden escribir a maiznativodeoaxaca@gmail.com o visitar el blog: http://maiznativodeoaxaca.wordpress.com

 

 

 

Aprendiendo Chocolate! Learning Chocolate!

Recently, professors of the UAM in Mexico City visited Oaxaca and we were lucky enough to spend two days with them learning all sorts of theory about cacao, fermentation, and the history of chocolate in Oaxaca. Then we got to put our knew knowledge to the test and make our own chocolates, truffles, and treats. Later we experimented with our own cacao and made delicious chocolate mezcal balls rolled in coconut.

Recientemente profesores de la UAM del D.F. nos visitaron en Oaxaca y tuvimos la suerte de poder pasar dos dias con ellos para comprender y aprender la historia del cacao, el proceso de fermentación y la artesanal forma de hacer chocolate de boca. Luego pudimos probar el nuevo aprendizaje cuando hicimos nuestros propios chocolates (trufas y confiterìa). Después experimentamos con nuestro propio cacao y realizamos ricas bolas de chocolate y mezcal cubiertas con coco rayado.

Feria Ambiental en El Llano

Participamos en la feria Ambiental en el Parque el Llano, vendiendo nuestro rico chocolate, bolitas de chocolate con sabor de mezcal, y pays creativos hechos con cacao e ingredientes locales.  Nos divertimos, aprendimos, y vendimos bien!  Aqui estamos dando un taller sobre la diferencia entre comida y alimentos, y la relación que tenemos al producir el chocolate.

We recently participated in the environmental fair at Llano Park in Oaxaca, selling our rich chocolate, little balls of mezcal-flavored chocolate, and creative pies made with our own cacao and other local ingredients.  We enjoyed ourselves, learned a lot, and sold out our merchandise!  Here we are giving a workshop on the difference between conventional foods and eating nutritiously, and the relationship that we have with our chocolate production.

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